13 Octubre 2019
XXVIII Domingo del Tiempo ordinario
Año C
La fe autentica, además de no pretender recompensa, como ha revelado el dicho sobre – los siervos inútiles –, nos educa a agradecer por cada cosa.
El domingo pasado, Jesús nos invitaba a considerarnos simples siervos, que no deben esperan ninguna recompensa, por aquello que debían hacer. Inmediatamente sigue el episodio de los diez leprosos: uno solo de ellos – el samaritano – regresa a agradecerlo. Eh aquí la otra cara de la gratuidad: si no se necesita pretender un agradecimiento, sí se necesita saber agradecer. Jesús había curado a todos los diez leprosos gratuitamente, sin poner condiciones. El solo samaritano que regresa a dar las gracias lo hace gratuitamente, solamente por el hecho que es justo hacerlo, y es contento de hacerlo. También Naamán el Siro quiere tomar consigo un poco de tierra de Israel para custodiar la belleza del encuentro con el «solo Señor». Como escribe san Pablo a Timoteo, la fe autentica es desear morir con Jesús para vivir para siempre con Él.
Comentario de la Comunidad de Dumenza
Traducción de dom Elias OSB