1842 – 1858 | Orígenes

El benedictino Francesco Casaretto es la figura clave para la comprensión del clima cultural y del proceso que condujeron al nacimiento de la Congregación de Subiaco. En 1842, el padre Casaretto fundó el monasterio de Pegli (Génova), orientándola desde el principio, como él lo buscaba, hacia una renovación monástica basada en el retorno a una observancia original de la Regla de san Benito. Este proyecto de renovación, concretizado en 18 artículos, obtuvo de inmediato el reconocimiento de la Congregación Casinense, y en 1846 la aprobación final de la Congregación para los Obispos y Regulares.

En 1851, el Papa Pío IX erigió la Provincia de Subiaco como parte de la Congregación Casinense. El Papa quería reunir bajo esta provincia los monasterios que se adherían a los principios de renovación propuestos por el padre Casaretto, quien había sido nombrado Visitador de la nueva provincia, directamente dependiente de la Santa Sede.

Desde 1852 hasta 1858, el padre abad Casaretto desempeñó el papel de presidente de una congregación casinense en plena expansión, caracterizada por una apertura sin precedentes hacia los monasterios extranjeros. En estos años se adhirieron a la nueva Congregación los monasterios de New Norcia (Australia), San Giovanni Evangelista de Parma (Italia), las misiones inglesas de Ramsgate y Deal, Santa Maria de Praglia (Italia), San Giorgio Maggiore de Venecia ( Italia), Dendermonde (Bélgica), la Pierre-qui-Vire (Francia), Sant’Ambrogio de Roma (Italia), Montserrat (España), Sacro Speco de Subiaco (Italia).

1867 – 1880 | La separación

En 1867, para hacerle frente a las dificultades y los disentimientos entre los monasterios (especialmente en cuanto a la observancia y a la formación), el padre Casaretto reunió una Dieta que se orientó hacia la división de la Congregación Casinense. La provincia de Subiaco, tomó de hecho, el nombre y el rango (a título experimental) de Congregación Casinense de la Primitiva Observancia. La separación oficial de la Congregación Casinense tuvo lugar cinco años más tarde, en 1872. En 1876, el padre Casaretto renunció a su cargo de presidente.

De 1878 a 1880, una comisión compuesta por tres cardenales (Guidi, Franchi y Mertel) revisó las Constituciones de la nueva Congregación. El documento que resultó fue presentado al Capítulo General de 1880. Este documento constituyó esencialmente la legislación que permaneció sin cambios hasta 1959. Después de la Segunda Guerra mundial se vio la necesidad de revisar las Constituciones en vista de la constante expansión de la Congregación.

1946 – 2013 | El período contemporáneo

A partir de 1946, comenzó el trabajo de rejuvenecimiento y de racionalización de las normas. Esto terminó en 1952; el nombre mismo de la Congregación fue cambiado : y se convirtió en la Congregación de Subiaco (o Sublacense), más de un siglo después de la reforma promovida por el padre Casaretto.

De 1966 a 1988, los Capítulos Generales trabajaron para poner la legislación en conformidad con las directrices del Concilio Vaticano II. Un trabajo muy importante que movilizó a muchas personas durante veinte años. Resultó una renovación, o mejor dicho, una refundación. A través de este “aggiornamento” de la legislación se introdujeron en particular dos principios : el del pluralismo en la observancia, ya sea a nivel de los monasterios y como de las provincias ; y el principio de la subsidiaridad en los organismos de gobierno. Principios necesarios debido al nivel de internacionalidad alcanzado por la Congregación.

En 2013, la Congregación Casinense se une a la de Subiaco. El nombre de la Congregación se convierte en «Subiaco y Montecasino”, la más numerosa y geográficamente la más grande de la Orden Benedictina.