25 diciembre 2018
Navidad del Señor – Eucaristía de la noche
Aquel que vigila de nosotros y nos custodia viene entre nosotros como un niño, de vigilar y custodiar. Su encarnación nos hace renacer.
Is 9, 1-6; Sal 95 (96); Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14
Un niño es alguien de quien esperamos el crecimiento, custodiándolo y protegiéndolo de los peligros que lo puedan asechar. Talvez también por este motivo el ángel trae el anuncio sobre todo a los pastores. No solamente porque son personajes pobres. Lucas narra que el ángel del Señor se manifiesta a algunos pastores que estaban velando toda la noche haciendo guardia, vigilando su rebaño. Vigilan y custodian. Serán los primeros a poder reconocer el Hijo de Dios en aquel niño que viene vigilado y custodiado del amor de María y José. Solamente convirtiéndonos semejante a El, capaces de vigilar y de custodiar, así como Él vigila sobre nosotros y nos custodia, podemos en verdad encontrarlo. El nacimiento de este niño nos hace renacer, para rendir nuestra vida capaz de vivir estos verbos típicos de la acción de Dios: vigilar y custodiar.
Comentario de la Comunidad de Dumenza
Traducción de dom Elias OSB